SANTO DOMINGO.- Un desconocido que viajaba en un automóvil Honda Acord negro tiroteó este jueves en la tarde la sede de la Procuraduría General de la República en momentos en que eran interrogados allí los dos coroneles mencionados por un hombre, que dijo en una llamada teléfónica a un programa radial ser el narco prófugo José Figueroa, como presuntos responsables del asesinato del excoronel José Amado González.El hombre, quien de inmediato emprendió la fuga, hizo los disparos con una pistola desde una calle aledaña, ubicada al sur del edifico que ocupa la sede judicial, ubicada en el Centro de los Héroes.
En ese momento se encontraban dentro el jefe de la policía, general Rafael Guzmán; el presidente de la Dirección Nacional de Control de Drogas, general Rolando Rosado; el procurador, Radhamés Jiménez, el procurador adjunto Bolívar Sánchez y otros funcionarios.
En el lugar desde donde fueron hechos los disparos fueron recogidos 13 casquillos de bala. Se desconoce si los mismos fueron al aire o hicieron impacto en alguna de las paredes.
Tras la llamada del presunto capo del narco al programa informativo El Gobierno de la Mañana este miércoles, los acontecimentos han adquirirdo un relieve crítico dado el alto rango de los dos oficiales por él sindicados como cómplices en su fuga en septiembre pasado y el hecho que ambos estén adscritos a la Dirección Nacional de Control de Drogas.
Este miércoles los dos coroneles, Miguel Sánchez Martínez, director del Departamento de Planificación y Operaciones de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), y Santos Díaz Medina, jefe de Servicios del aeropuerto de La Romana fueron enfrentados en un careo en presencia de altos jefes policiales, militares y de la DNCD, sin que trascendieran detalles de las algeaciones formuladas por ambos durante la confrontación.
Observadores dijeron que la acción contra el edificio de la Suprema Corte de Justicia, que alberga asimismo a la Procuraduría es, temeraria, debido a la fuerte presencia de agentes del SWAT que custiodiaban el perímetro del lugar y, en términos más amplios, una declaración de guerra de los narcos contra los poderes del Estado.
