Cybersyn constaba de cuatro componentes: Cybernet, una red de télex que conectaba fábricas para enviar datos diarios; Cyberstride, un software para procesar la información; Opsroom, una sala de control hexagonal en el Palacio de La Moneda con pantallas y consolas para visualizar informes; y un modelo de gobernanza. Las pantallas, operadas manualmente por técnicos, proyectaban datos como diapositivas, creando la ilusión de inmediatez.
El sistema tuvo un momento clave en octubre de 1972, durante una huelga de empresarios que amenazaba el abastecimiento. Cybersyn permitió al gobierno coordinar recursos mediante los télex, ayudando a mitigar la crisis. Sin embargo, enfrentó dificultades: muchas fábricas no enviaban datos regularmente, y la gestión se complicó por tensiones sociales y políticas.
A medida que el proyecto crecía, surgieron fricciones entre el equipo original y nuevos científicos menos alineados con la visión inicial. Además, la economía chilena enfrentaba crecientes problemas, con recortes de inversión extranjera y descontento social. En 1973, Stafford Beer se alejó parcialmente, enfocándose en actividades como medidores de opinión pública y eventos culturales.
El 11 de septiembre de 1973, el golpe militar que derrocó a Allende interrumpió el proyecto. El Palacio de La Moneda fue bombardeado, y aunque la sala de Cybersyn quedó intacta, los militares desconocían su propósito. Beer, entonces en Londres, abandonó el proyecto tras el golpe y se retiró a Gales.
Cybersyn permanece como un experimento pionero en la gestión de datos económicos, aunque limitado por las tecnologías de la época y el contexto político. Hoy se estudia en círculos académicos como un ejemplo temprano de redes corporativas y su potencial en la toma de decisiones económicas.
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