Johnny Alberto SalazarNAGUA.-La tradición es coger de pendejos a los pobres para que voten por quienes dicen se sacrificaran en los cargos que ocupan.
Luego que llega el 16 de agosto, fecha para la toma de posesión muchos abarrotan el salón de actos del Ayuntamiento Municipal.
Allí ponen a los pendejos a aplaudir, e incluso algunos se pasan de contento para que los tomen en cuentan y ni siquiera guardan las apariencias y se les escucha decir “ahora me sale lo mío”.
Como cada año el acto que en este caso sirvió para posesionar a Angel de Jesús López (EL COMPA), como nuevo alcalde y a un total de 9 regidores, se torno kilométrico.
A muchos no les importo ni el calor, ni los discursos “canzones” y hasta los empujones que de vez en cuando se registraban.
Cuando llego la hora de la despedida, a los pendejos los invitaron para que participaran de una fiesta con orquestas pagadas con el dinero del pueblo y a los “encorbatados”, los llevaron a un lugar secreto para que también con los dineros del mismo pueblo comieran langosta, camarones, cangrejo y otras exquisiteces del mar.
A los mismos pendejos que aplaudieron, no los dejaron pasar y hasta le colocaron en la puerta de entrada varios hombres, de esos que le dicen cara dura, con gafas oscuras y todo, como para meter “terror”.
LA OTRA CARA DE LA MONEDA
Como ya es conocido que ese es el protocolo que se hace con los pendejos.
Y como eso es así, desde el Movimiento SE PUEDE que propuso a un servidor como candidato a regidor en la boleta del PRSD, se la ingenio para degustar, solo todo lo que era posible.
Fue entonces que se hizo una “convidacion” para que cada quien cocinara una paila de espaguetis y la hiciera acompañar de lo que pudiera: guineo, plátano, yuca o pan.
En fin, el caso fue tal que hubo un desbordamiento de aportaciones de gente de los barrios, comerciantes y hasta dueños de conucos que se unieron para festejar el ascenso al poder de quien escribe (Johnny Alberto Salazar), como regidor.
La hora llego y todos los caminos condujeron hacia el Parque Ecológico, recién inaugurado por nosotros, en las proximidades de la desembocadura del Río Nagua.
Con el Padre Rogelio Cruz, acordamos que se fuera adelante con el grupo con el que andaba y sus camisetas que decían “Coño levántate Dominicano (A).
Convocamos a un amigo que le dicen Bimbo y a otro que le dicen El Guachi.
Ambos tienen vehículos que suenan durísimo.
Es que ellos dijeron que como no teníamos para pagar una orqueste, aportarían toda la música para que la gente disfrutara mejor.
Y como si fuera poco, también disfrutamos de una exhibición de caballos de paso fino y paso largo, que deleito a todos y a todas.
En el parque ecológico nos encontramos con los pobres y nuestros invitados especiales eran niños y niñas de esos que Juan Bosch llamo una y repetidas veces “Hijos de Machepa”.
Disfrutamos la comida hasta más no poder.
La bendición que hicieron el padre Rogelio y el Pastor Braulio fueron tal que parecieron como la señal de la multiplicación de los panes.
Y se multiplico la alegría.
Y se multiplico la solidaridad.
Y se demostró que algún día, “los hijos de Machepa”, también serian invitados a disfrutar de un almuerzo junto a una autoridad electa.
Se Puede.
Viva la Restauración.
Viva la Patria.
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