
El depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, propuso posponer las elecciones del 29 de noviembre para que puedan ser "legitimadas" internamente y por la comunidad internacional.
El Tribunal Supremo Electoral (TSE) avanza en los preparativos de las elecciones que, en opinión del presidente de facto Roberto Micheletti, deberían terminar con la crisis provocada por el golpe de Estado del 28 de junio pasado.
Zelaya estimó que "la convocatoria a elecciones generales ordinarias en un Estado de facto, sin que previamente se haya restaurado la democracia e instalado el gobierno de unidad y reconciliación, es una aberración jurídica, una burla y un engaño al pueblo".
El presidente constitucional de Honduas, depuesto el pasado 28 de junio, propuso que una vez suspendidas las elecciones "es urgente presentar soluciones legales a esta crisis", al subrayar que el acuerdo suscrito el 30 de octubre con Micheletti para ponerle fin "fue incumplido en sus tiempos y en su forma por el régimen de facto".