OPINION: La "burla" no es Sobeida, sino este estado delincuente

Vida
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Por Narciso Isa Conde

Figueroa Agosto, de nacionalidad puertorriqueña y Sobeida Féliz dominicana, asociados en el amor y en el narco, “escaparon” de las manos de las autoridades policiales en circunstancias diferentes pero sucesivas y extrañas, después de habérsele capturado en un lujoso vehículo de su propiedad (ubicado en el parqueo de su residencia) la suma de cuatro millones y medio de dólares correspondiente a sus ingresos de una semana de “trabajo”. Otro saco de dólares “desapareció” entre los dedos de la patrulla especial que operó en el caso.

Agosto se “escurrió” mientras lo perseguían y Sobeida después de capturada y puesta en libertad condicional por la jueza correspondiente, levantándose una ola de indignación contra el gobierno.

Leonel Fernández, en una de sus clásicas maniobras mediáticas, convocó la semana pasada al Palacio Nacional a la plana mayor de su gobierno en materia de seguridad y justicia, y allí habló de la “burla” que significaba el “escape” de Sobeida, de la “ineficiencia” judicial que supuestamente la posibilitó y de la supuesta disposición de su gobierno a “conjurar ràpidamente” esas fallas, ordenando de paso reactivar la persecución de la referida pareja.

¿Sobeida? ¿Agosto?...

¿Septiembre? ¿Octubre?...

Esas son piezas de un engranaje mayor.

Agosto no se escapó: lo escaparon los que lo perseguían.

Sobeida no se escapó: la escaparon la jueza, el ministerio público, jefes policiales y militares, ministros asociados…

Es similar a lo que pasó con la droga de de la masacre de Paya y con los jefes de los sicarios de la Marina de Guerra que participaron en ese múltiple asesinato. Igualito a lo de los jerarcas civiles y militares del “cartel Quirino” y otros parecidos.

Lo mismito que ha acontecido con ex- jefes de la Dirección Nacional Contra Las Drogas (DNCD) que la han operado como un “cartel mayor”, con generales y jefotes de la policía nacional asociados a todo tipo de delito, con procuradores fiscales cómplices del gangsterismo entronizado.

La “burla” (palabra empleada por Leonel) no es que Sobeida se haya “esfumado”.

La “burla” es este Estado delincuente, sus instituciones y las cúpulas políticas y sociales que las administran a su favor.

La “burla” es Leonel y los que se reunieron con él en el Palacio Nacional, que tienen ya nueve años de ejercicio de poder, alimentando, protegiendo y convirtiendo esta porquería en algo en funcional a su ejercicio presidencial.

La “burla” es la relación de este gobierno con el podrido régimen colombiano.

¡Que se vayan al infierno y más allá¡

Esto no es cuestión de “ineficiencia” judicial, sino de asociaciones de malhechores, que sumadas y blindadas por la impunidad oficial hacen de la política una lumpen-política, del empresariado preferido un lumpen-empresariado y de los poderes del Estado y las elites súper-enriquecidas una maquinaria gangsterizada.

Ni los vergonzosos hechos recientes, ni los pasados, ni los que vendrán, van a ser “rápidamente conjurados”, como anunció el vocero palaciego de ocasión al concluir esa reunión.

Para teatro esta bueno con la anunciada “cruzada” contra el “micro-tráfico”, mientras el “macro-tráfico” y el “tráfico mediano” reinan en el aberrante poder conformado, que ahora sus dos dueños políticos (Leonel Fernández y Miguel Vargas Maldonado, uno presidente y otro jefe de la “oposición) junto a la oligarquía voraz y a la partidocracia corrompida se propusieron constitucionalizar, aprobando una carta sustantiva a la medida de sus espurios intereses.

Esto sin hablar de las mafias mineras (especialmente la del oro, con el actual protagonismo de la poderosa Barry Gold encabezada por el magnate venezolano Gustavo Cisnero), las mafias de bienes raíces y las de la construcción (con la participación de ese mismo personero y otros de su calaña como los cubanos-americanos Fanjul, Pepe Hidalgo, los Hazoury, los Estrella…), que procuran dejarnos sin territorio y sin patrimonio natural. Precisamente la semana pasada el gobierno anunció la “locura” del mega-centro deportivo en las inmediaciones del Estadio Quisqueya), que financia el Estado para beneficio del contratista Rodríguez Sandoval y asociados, unas de las alcancías del Presidente Fernández.

Este no es un estado burgués clásico, ni siquiera un Estado capitalista-dependiente tradicional. Es una Corte de intereses corporativos capitalistas y mafiosos (narco-mafiosos incluidos), de la cual forman parte los más altos funcionarios civiles y militares del país, bajo el mando de su monarca de ocasión, en este caso el propio Fernández.

“Estado fallido” es ya casi un piropo. Este monstruo o lo desconocemos y reemplazarnos, o dejaremos de ser pueblo y país. (14-11-09).

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