Por Reynaldo Hernandez RosaHostos, Prov. Duarte.-De manera cíclica se conocen de abusos, acoso de toda índole de parte de profesores universitarios, empero, padres u tutores en su mayoría, optan por silenciar para evitarle escándalos o situaciones vergonzosas a jóvenes ultrajadas por quienes están llamados a forjar el intelecto, no obstante el conocimiento de estos desatinos por parte de las festivas autoridades rectoras.
Los casos, numerosos en cada uno de los centros de altos estudios privados del país, no obstante, la desidia de las carpantas de funcionarios del Ministerio de Educación Superior Ciencia y Tecnologia, MESCyT, para indagar de las aberraciones de taras docentes.
Las principales universidades de la nación no escapan a estos desaciertos, incluyendo las dirigidas por sotanas ambiciosas, donde profesionales de togas raídas, enganchados en el ambiente intelectual de los catedráticos vienen llenando de miasma el entorno de altos estudios.
Se conocen casos pútridos de ¨¨catedráticos¨¨ que aprovechan hoy, la enorme matrícula de jóvenes adolescentes, las cuales, en su mayoría, viene de lejanas poblaciones y se encuentran con todas estas maulas de mal agüero, inserto en las aulas universitarias, fruto de que las universidades se están convirtiendo en refugio de mediocres y muchos de una barrera de femineidad masculinizada.
La Universidad Autónoma de Santo Domingo, UASD, dado su vasta población es la que más casos de acoso sexual se conocen, empero, UTESA, O Y M, CATOLICA DE SANTO DOMINGO, que por ser sus estudiantes de clase media, son los más proclives a las burdas exigencias de los cobijados en el ¨¨sacerdocio de las cátedras universitarias¨¨, en donde el hueco de la región occipital de éstas taras, repletos de bazofias, que se envilecen con la parafernalia propia de un saltarín, para cubrir su escasa masa encefálica.
Guillermo Bauzá, catedrático, ensayista, periodista, poeta, escritor de luces, de Borinque, revela en su formidable obra ¨¨Vidas Inconclusas¨¨, toda una radiografía del tema en cuestión, confirmando la baja estofa de muchos de los profesores de aulas, que llegaron a las cátedras, dado las relaciones o **enllavismo** con la miasma de la rectoría, no así por méritos para los cargos.
A juicio de Bauzá, en los últimos años las universidades **no vienen cumpliendo su misión sino aceptúan bien, afirmativamente el cultivo, el desarrollo e imposición de los valores**.
Entiende el intelectual que las cátedras, hoy, **obvian el vaso del sabio consejo y la copa de adecuada orientación de la psiquis de los estudiantes**.
Afirma Bauzá: las denuncias de actos pútridos de aquellos que empiezan vulgarizándose en la palabra, termina vulgarizándose en sus actos.
Reflexiona el catedrático boricua que en su mayoría, los estudiantes de hoy estudian para aprobar los cursos, no para saber, claro está, de manos de muchos de los acéfalos de las aulas.
Sin dudas, una atinada radiografia de nuestro ambiente de altos estudios, donde universidades lejos de ser centros de preparación, formación e intelecto, han pasado a ser empresas de baja estofa, muchas bajo el manto ambicioso de redes eclesiásticas, donde han encontrado otro filón.
