Para despedir el año 2010 y dar inicio al 2011 voy a usar un fragmento del poema EL BRINDIS DE LOS BOHEMIO
… del poeta mexicano Guillermo Aguirre y Fierro, donde se brindo por la Patria, por las flores, por los castos amores que hacen un valladar de una ventana, y por esas pasiones voluptuosas y mundana que el fango del placer llena de rosas y hacen de la mujer la cortesana.
Si ese poema donde en torno a una mesa de cantina y en una noche de INVIERNO se regocijaban, departían y compartían seis alegres BOHEMIOS donde los ECOS de sus risas escapaban del aquel barrió quieto. Después de brindar cinco Bohemio/poetas. Sólo faltaba un brindis, el de Arturo.
El del bohemio puro. De noble corazón y gran cabeza; Aquél que sin ambages declaraba…
…Que solo ambicionaba Robarle inspiración a la tristeza… Por todos estrecho y alzó su copa Frente a la alegre tropa en torno a la mesa. Desbordante de risas y de contento; los inundó en la luz de una Mirada y sacudió su melena alborotada… Y dijo así, con inspirado acento:
-Brindo por la mujer, mas no por ésa, en la que halláis consuelo en la tristeza,
rescoldo del placer ¡desventurados!; no por esa que os brinda sus hechizos
cuando besáis sus rizos artificiosamente perfumados. Yo no brindo por ella, compañeros, siento por esta vez no complaceros. Brindo por la mujer, pero por una, por la que me brindó sus embelesos…
… y me envolvió en sus besos… BRINDO por la mujer que me arrulló en la cuna. Por la mujer que me enseño de niño lo que vale el cariño exquisito, profundo y verdadero… por la mujer que me arrulló en sus brazos y que me dio en pedazos,
uno por uno, el corazón entero. ¡Por mi Madre! Bohemios, por la anciana que PENSO en el mañana…
…como en algo muy dulce y muy deseado, porque sueño tal vez, que mi destino
me señalaría el camino por el que volvería pronto a su lado. Por la anciana adorada y bendecida, por la que con su sangre me dio vida, ternura y cariño;
por la que fue y es la luz del alma mía, y que lloró de alegría, sintiendo mi cabeza en su corpiño…
…Por esa brindo yo, dejad que llore, que en lágrimas del corazón y de pena letal que me asesina; dejad que brinde por mi MADRE ausente, por la que lloro y sintió que mi ausencia fue un fuego letal que calcinaba su vida Por la anciana infeliz que sufrió, lloro y que del cielo implora que vuelva yo muy pronto a estar con ella;
por mi Madre, bohemios, que fue dulzura…
…y por fin el poeta calló, ningún acento ni aplauso interrumpió ni profanó el sentimiento nacido del dolor y la ternura de Arturo el Bohemio/poeta, y pareció que sobre aquel ambiente flotaban las palabras de un poema de amor y de amargura.
Javier López
DE JAVIER LOPEZ: Desbe Bilbao España con motivo de Año Nuevo
diciembre 31, 2010
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